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FINALIZADO EL PROYECTO “LIFE EUCALYPTUS ENERGY”

El presente proyecto, bajo su condición de proyecto LIFE+, nació con el objeto demostrativo e innovador de diseñar y construir una planta piloto que contase con la tecnología necesaria para la valorización energética de la biomasa forestal procedente de cortas forestales de Eucalyptus globulus.

Gracias a esta iniciativa, mediante pirólisis se obtendría por un lado energía eléctrica, así como un subproducto de elevado poder fertilizante y de fijación de CO2 atmosférico como es el biochar o biocarbón.

“Eucalyptus Integrated Wood Processing Project”, comúnmente conocido como “Life Eucalyptus Energy” ha sido un proyecto de investigación y desarrollo que se inició en septiembre del 2013 a cargo del consorcio de los siguientes socios: CPL (Coal Products Limited), Asmadera (Asociación Asturiana de Empresarios Forestales, de la Madera y el Mueble), Fundación Cartif e Ingemas. Su finalización se preveía para septiembre del 2016, pero no fue hasta septiembre del 2018 cuando ha concluido.

Este retraso de 2 años se ha debido principalmente a diversos problemas surgidos entre los socios del consorcio (de hecho, CPL se salió del proyecto al poco de su andadura y se cubrió su plaza con la incorporación de Energy, no saliendo bien dicho cambio para quedar finalmente al frente del mismo los otros tres socios: Asmadera, Ingenas y Cartif) y a todos los inconvenientes técnicos surgidos durante la puesta en marcha de la planta en cuestión.

Solventados todos esos contratiempos y gracias al importe de la subvención concedida (un máximo de 845.098€), la planta piloto es hoy en día una realidad para todos.

El ámbito de actuación se localizó desde un primer momento en el municipio de Tineo, en Asturias, concretamente en su zona industrial, y así ha sido al emplazarse la planta en la nave que la empresa Biogas Fuel Cell tiene en dicho polígono –precursor de la idea, aunque no integrante del consorcio.

El presente proyecto se centró exclusivamente en la biomasa de eucalipto, (Eucalyptus globulus) con el objeto de mejorar la sostenibilidad de las abundantes masas existentes en el entorno en el que se desarrollaba la iniciativa. Sin embargo, concluida la planta y siendo conocedores de las posibilidades que ofrece la misma, a tal fin puede destinarse cualquier residuo o subproducto forestal o agrícola. Así mismo, el concepto del proceso podría ser extrapolado incluso a los residuos generados durante las labores de mantenimiento de parques y jardines municipales.

Ésta sería una forma de llegar a las Administraciones locales ya que los resultados del proyecto podrían inspirar a estos organismos en el desarrollo de políticas de gestión local o en la producción y aplicación de biocarbón como enmienda en zonas ajardinadas y herramienta de fijación de carbono en el suelo. Otros sectores en los que Life Eucalyptus Energy pretende hacerse eco son los productores del sector y propietarios forestales; el industrial en general (los resultados referentes a la producción de electricidad podrían inspirar a los sectores industriales para el uso de los residuos forestales para la producción eléctrica a una pequeña o mediana escala); el sector académico y de la investigación (la potencial implementación de biorefinerías podría redireccionar la investigación sobre la extracción química de los productos líquidos de la pirólisis tras la finalización del proyecto), así como a organizaciones medioambientales (la implementación del proyecto ayudará a la gestión forestal sostenible de las masas de eucalipto, contribuyendo a la reducción de la desertificación del suelo y a los impactos medioambientales derivados de la industria del eucalipto).

A partir de la ejecución del proyecto se han obtenido análisis técnicos y económicos de la producción de biocarbón o biochar*, como material resultante del proceso de pirólisis (transformación de la materia en condiciones de anoxia a una temperatura comprendida entre los 450 y los 800ºC). Cabe destacar que la ventaja de la pirólisis frente a la combustión, radica en que se evitan las emisiones de NOx, SO2 y CO.

Teniendo en cuenta el rango de producción de biocarbón del proyecto, (27 kg/h), éste equivaldría a la extracción de 100kg de dióxido de carbono por hora, resultando el balance de carbono de la iniciativa negativo.

Al producirse 105kW de electricidad renovable, se evitan las emisiones de 36 kg de CO2 por hora (2006 Guidelines for Natural Green House Inventories).

Por todo lo expuesto anteriormente, Life Eucalyptus Energy ha sido una iniciativa que contribuirá activamente a la lucha contra el cambio climático y ha sido integrado en las políticas de la Unión Europea en materia de energías renovables, desarrollo rural, cambio climático y gestión de residuos.

Y dada la finalización del proyecto y el interés suscitado por todos los sectores hacia dicha planta, el 30 de octubre de 2018 se produjo la inauguración de la misma, en la cual se contó con grandes personalidades.

Estuvo presente la Consejera de Desarrollo Rural y Recursos Naturales de Asturias, Mª Jesús Álvarez, con el Alcalde de Tineo – José Ramón Feito, con el Presidente de la Federación Asturiana de Empresarios – Belarmino Feito, así como con los representantes de los tres socios.

Por parte de Asmadera estuvo presente el Presidente de la entidad, Pedro Suárez, quién se encargó de hacer la apertura de la jornada; estuvo también Gregorio Antolín por parte de Cartif, quién dio una ponencia magistral sobre “el aprovechamiento de residuos biomásicos para la producción de biochar y energía eléctrica” y José María González, Presidente de Ingemas, quién explicó a los presentes el funcionamiento de la planta.

Tras todas estas ponencias, los asistentes a la inauguración pudieron visitar la planta y a su finalización, pudieron tener un momento de networking mientras disfrutaron de un vino español.

SOBRE EL BIOCHAR*:

El biochar presenta una estructura micro porosa de gran superficie, de alrededor de 400m2/g, lo que le confiere una serie de propiedades, entre las que destaca su capacidad de almacenar casi la mitad del CO2 de la materia orgánica transformada. Además, gracias a esta porosidad, mejora las propiedades mecánicas del suelo aumentando considerablemente la retención de nutrientes, pues aumenta su disponibilidad para los vegetales.

A su vez, sirve de refugio para los microorganismos fijadores de nitrógeno del suelo, del mismo modo que lo hacen los arrecifes coralinos en el mar.

Los beneficios que tiene la aplicación del biochar sobre el suelo se dividen en beneficios sobre la atmósfera y sobre el suelo. A nivel atmosférico, se reducen las emisiones de N2O y CH4, (debemos recordar que del nitrógeno que se aplica como enmienda orgánica al suelo, sólo una pequeña parte del mismo es fijado, suponiendo el resto pérdidas, ya sea por lavado o por emisión).

A nivel suelo, además de evitar el lavado de nutrientes aumentando la capacidad edáfica de retención de agua, supone el almacenamiento de carbono durante largos períodos, (se estima entre cientos y miles de años). La combinación de organismos fijadores de nitrógeno y mayor cantidad de agua y de nutrientes supone un aumento de la capacidad productiva del mismo. Como ejemplo de la capacidad del biochar para hacer del suelo un sumidero de carbono, pueden citarse los suelos “Terra preta” hallados en la cuenca del Amazonas. “Terra preta” o tierra negra del Amazonas es un tipo de suelo oscuro y muy fértil, de gran diferencia respecto a los suelos amarillentos que lo rodean. Las primeras alusiones al término vinieron de manos de investigadores occidentales entre los años 1870-1879, citando “tierras amazónicas oscuras y muy fértiles con fragmentos de cerámica”.  Este tipo de suelo se trata, por tanto, de una modificación edafológica, química y mineral de suelos anteriores por efecto antropogénico y se estima ocupe entre 6.000 y 60.000Km2 en la cuenca del Amazonas. Su contenido en carbono es del 9%, frente al 0,5% que presentan los suelos convencionales.

Una mejora en la permeabilidad de un suelo reduce su erosión y su susceptibilidad de sufrir desertificación. En el caso concreto del lugar de desarrollo del proyecto no es necesario luchar contra la desertificación, al tratarse de una región Eurosiberiana con abundantes lluvias y clima templado. Sin embargo, puede ser determinante en zonas secas y áridas.

Por otro lado y de forma indirecta, la reducción de las emisiones de dióxido de carbono que conlleva la alternativa de generación de energía eléctrica frente a otras técnicas basadas en combustibles fósiles, es destacable.